La Catedral de Girona es un monumento de estilo gótico y es la Catedral más ancha del mundo. Quizá sea por ello que resulta tan misteriosa.
A la entrada de la Catedral de Girona encontramos el claustro y, a los lados del edificio, se encuentran unas capillas. Esas capillas no fueron construidas junto al resto de la catedral, sino que son fruto de posteriores donaciones de familias nobles con el objetivo, precisamente, de que fueran construidas.
La catedral cuenta con unas escaleras que comienzan en el claustro y que llevan hasta el museo de la catedral. Un espacio de exposiciones en el que se puede disfrutar de diversos elementos litúrgicos, vestimentas de otros siglos, etc.
La Catedral de Girona puede presumir también de un bonito patio que tiene una preciosa fuente. Un patio que resulta ideal para descansar después de un recorrido por la catedral.
Merece la pena una visita a este espectacular monumento, por muchos motivos: por su riqueza histórica, por su belleza, porque está repleta de tesoros que resulta interesante descubrir en persona, porque la catedral en sí es una auténtica obra de arte.
Cómo llegar:
La Catedral de Girona se encuentra en el centro de la ciudad de Girona, concretamente en la Plaza de la Catedral, 6.